La Iglesia Católica inicia hoy, con el Miércoles de Ceniza,
el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que, durante 40 días y a través de la
vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la
Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y
Resurrección del Señor Jesús.
En este tiempo los fieles están llamados a trabajar de
manera especial en la conversión personal, exhortación que durante la
imposición de las cenizas expresa el celebrante con las palabras: "Convertíos
y creed en el Evangelio".
Asimismo, con la expresión "Acuérdate que eres polvo y
al polvo volverás" se recuerda la caducidad y fragilidad de la vida humana
en la que la muerte es un destino inevitable.
En la Roma antigua, los fieles comenzaban con una penitencia
pública el primer día de Cuaresma en el que eran salpicados de cenizas, se
vestían con un sayal y estaban obligados a mantenerse alejados hasta que se
reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo.
Cuando estas prácticas cayeron en desuso entre los siglos
VIII y X se comenzó a colocar las cenizas en las cabezas de todos los miembros
de la congregación.
Actualmente los fieles son marcados con una cruz en la
frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de
Ramos anterior.
En él, el Pontífice advierte de la cantidad de “hombres y
mujeres” que “viven como encantados por la ilusión del dinero” y “que los hace
en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos”.
Una de las recomendaciones que hace es la de dar limosna,
porque “nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano”.
(Fuente: ACIPRENSA)
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