El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), movido por su compromiso pastoral, ético y ciudadano, dirige esta Carta Pastoral a la nación dominicana para compartir una reflexión responsable sobre el complejo panorama económico, social e institucional que atraviesa el país, así como sobre los desafíos que se proyectan de cara al año 2026.
Su presidente, Feliciano Lacen Custodio, dijo que vivimos un tiempo que exige discernimiento, transparencia y visión de futuro. Como comunidad de fe, entendemos que nuestra voz debe contribuir al fortalecimiento del bien común, la justicia social y la convivencia pacífica, exhortando a las autoridades y a todos los actores nacionales a actuar con sentido de nación.
En el plano económico, observamos con preocupación una marcada desaceleración del crecimiento, altos niveles de endeudamiento público y un sostenido incremento en el costo de la vida. El alza de los precios de los alimentos y la disminución del poder adquisitivo afectan de manera directa a los sectores más vulnerables de la población, generando angustia e incertidumbre en miles de familias dominicanas.
En cuanto a la seguridad ciudadana, estudios de opinión reflejan que la delincuencia, la violencia y la inseguridad continúan siendo el principal problema percibido por la población, por encima incluso de temas como la corrupción o la migración. Esta realidad demanda políticas públicas más firmes, preventivas y humanas, que fortalezcan la institucionalidad y garanticen la convivencia pacífica en nuestras comunidades.
CODUE manifiesta además su inquietud por la calidad de los servicios públicos esenciales, especialmente en áreas sensibles como la salud y la educación. Reiteramos que la educación debe ocupar un lugar central en la agenda nacional, no solo como una asignación presupuestaria, sino como una política integral orientada a la formación en valores, la empleabilidad y la cohesión social.
Alertamos también sobre el impacto negativo que la debilidad institucional y los casos de corrupción tienen sobre la confianza ciudadana. La ausencia de respuestas oportunas del Estado frente a situaciones críticas profundiza la desconfianza social y pone en riesgo la estabilidad democrática que tanto valoramos como nación.
Orientaciones de fe para responder a los desafíos del país
En relación con la canasta y la seguridad alimentaria, consideramos necesario incentivar la agricultura familiar y hogareña, el desarrollo de invernaderos y la creación de puntos de distribución eficientes mediante mercados y ventas populares, protegiendo especialmente a los sectores más vulnerables.
Respecto a la economía y el apoyo al campo, resulta prioritario continuar con prontitud el fortalecimiento del aparato productivo real, invirtiendo en caminos vecinales, asegurando la compra de los productos agrícolas y garantizando el pago oportuno a los productores, reconociendo el valor estratégico del sector agropecuario para la seguridad alimentaria y la estabilidad social.
Sobre el tema de la migración, reconocemos que se trata de un fenómeno sistémico, cíclico y estructural. Reafirmamos la necesidad de dar fiel cumplimiento a la Ley 285-04 y a los protocolos establecidos, invirtiendo en tecnología y fortaleciendo la vigilancia por aire, mar y tierra, garantizando la seguridad fronteriza y la soberanía nacional, siempre con respeto a la dignidad humana y a los derechos fundamentales.
En el ámbito de la seguridad ciudadana y la reforma policial, CODUE considera fundamental dar continuidad a los programas en curso, promoviendo una integración multisectorial que involucre al Estado, las comunidades, las iglesias y la sociedad civil, convencidos de que solo juntos podremos avanzar hacia entornos más seguros.
La educación, como eje transformador, debe seguir siendo una prioridad nacional. Es indispensable dar continuidad a los programas existentes y fortalecer la cohesión entre la familia, los docentes, los académicos y la comunidad, trabajando de manera sostenida en el cierre de las brechas históricas que han generado desafíos profundos.
Mensaje Final
La República Dominicana ha dado cátedra de resiliencia a lo largo de su historia. Uno de sus mayores activos es el clima de paz y estabilidad democrática que hoy disfrutamos. Mirando hacia 2026, el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica reafirma que el país está lleno de oportunidades y que, caminando juntos como nación, con fe, responsabilidad y compromiso, es posible avanzar hacia un futuro de mayor justicia, desarrollo y esperanza para todos, recordando no desviarnos del fundamento por el cual fue creada esta nación bajo los vínculos sacrosantos; por lo que para seguir siendo una nación fuerte, resiliente y acogedora, debemos mantener la conexión con lo sagrado y fortalecer nuestro emblema nacional “Dios, Patria, Libertad”.


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