NUEVA YORK.-La segunda administración de Donald Trump ha sido duramente señalada por una evidente ola de tráfico de influencias para aprovechar su investidura como presidente y obtener beneficios personales que han dejado cientos de millones de ganancias a la familia presidencial, como no había sucedido en la historia del país.
Alrededor de su reelección presidencial la familia Trump se ha beneficiado con la comercialización de criptomonedas, biblias, acuerdos de desarrollo en el extranjero y una próxima línea de teléfonos celulares, generando una fortuna en ganancias, financiada por multimillonarios, gobiernos extranjeros y magnates de criptomonedas con intereses ante el gobierno federal, en varios casos, de manera turbia.
“Es presidente y se supone que trabaja por el bien público”, dijo a The Associated Press James Thurber, profesor emérito de la American University, quien ha investigado el cabildeo, la financiación de campañas y la corrupción política durante décadas.
“En cambio, está favoreciendo sus propios intereses personales para acrecentar su riqueza. Es totalmente anormal”.
Las ganancias de la familia Trump desde enero de 2025
Las sumas reunidas por la Trump Organization, el conjunto de empresas controladas por los hijos del presidente, son mucho mayores que las obtenidas en su primer mandato, cuando también se benefició con el patrocinio de sus hoteles, complejos turísticos y campos de golf, como una manera de congraciarse con el comandante en jefe.
En esta segunda administración, las ambiciones de la familia Trump son mucho mayores, y se extienden desde el ciberespacio hasta regiones remotas del mundo.
Según estimaciones, una de las criptomonedas de Trump ha recaudado al menos $320 millones de dólares desde enero, mientras que otra recibió una inversión de $2,000 millones desde un fondo de inversión proveniente de un gobierno extranjero y una tercera ha vendido al menos $550 millones en tokens.
Sus hijos han obtenido nuevos acuerdos de desarrollo en Medio Oriente, mientras que su hija y su yerno colaboran con el gobierno de Albania para construir un complejo turístico en una isla mediterránea y su esposa, Melania, firmó un contrato de $40 millones de dólares para participar en un documental con Amazon, cuyo fundador, Jeff Bezos, tuvo un enfrentamiento con Trump durante su primera presidencia.
En su primer mandato, Trump había prometido “drenar el pantano” en Washington (limpiar a la administración federal de la corrupción) y castigar el tráfico de influencias de la familia del expresidente Joe Biden, a quien Trump y sus aliados llamaron la “familia criminal Biden”.
Sin embargo, luce complicado que una vez que concluya su gobierno Trump enfrente repercusiones por tener conflictos de interés tan evidentes, ya que el Congreso está controlado por el Partido Republicano y puestos clave en la administración federal están ocupados por personajes leales que han desmantelado muchas barreras de supervisión.
Como ejemplo en el verano pasado, cuando Trump era candidato, la mayoría conservadora formada por Trump en la Corte Suprema, determinó que los presidentes gozan de amplia inmunidad judicial.
Asimismo, el presidente aceptó un “hermoso, grande, magnífico avión gratuito” de 400 millones de dólares del gobierno qatarí, como nuevo vehículo presidencial, aunque Trump aclaró que el Boeing 747 “iría directamente” a su biblioteca presidencial al dejar el cargo.
La tradición de la sobriedad gubernamental
Desde que Richard Nixon renunció en medio de un escándalo generalizado de corrupción y tráfico de corrupción, los presidentes que lo sucedieron han hecho todo lo posible para evitar cualquier vínculo con conflictos de este tipo: Jimmy Carter y Ronald Reagan mantuvieron sus activos en un fideicomiso ciego, mientras que George H. W. Bush utilizó un fideicomiso diversificado, que le impedía saber qué contenía su cartera y su hijo, George W. Bush, utilizó un sistema similar.
Barack Obama fue una excepción, pero eligió inversiones en una mezcla de fondos indexados y bonos del Tesoro estadounidense.
Durante su primer mandato, Trump decretó una moratoria sobre las transacciones de sus empresas con el extranjero, pero en lugar de depositar sus activos en un fideicomiso ciego, el mandatario entregó el mando de la Trump Organización a sus hijos, quienes mantuvieron sus activos financieros en secreto.
La línea de productos presidenciales de la familia Trump Para este segundo gobierno, Trump devolvió el mando de sus empresas a sus hijos, Eric y Donald Jr., mientras que el presidente reiteró que no participa en las decisiones diarias de la Organización.
Sin embargo, desde su investidura promociona sus complejos turísticos, productos y las empresas de criptomonedas de la familia desde la Casa Blanca, a menudo desde su cuenta en Truth Social, una red social lanzada por él y sus aliados, como plataforma política.
También ha promocionado una línea de zapatos, una Biblia fabricada en China, guitarras (una de las cuales es una imitación de la Gibson Les Paul de $1,500 dólares, con incrustaciones en los trastes con la leyenda ‘Make America Great Again’) así como su propia fragancia ‘Victory 45-47’, en alusión a los números de presidente que ha ocupado en sus dos administraciones.
Mientras que grupos conservadores y comités republicanos han gastado al menos 25 millones de dólares en propiedades de Trump desde 2015, la mayor parte de los cuales provienen de la propia organización política de Trump, según revelan las propias declaraciones de financiamiento para la campaña presidencial.
(FUENTE: ELDIARIO/LAPRENSA)
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