La conmovedora historia de Wendy Hernández, una madre soltera de cuatro hijos que hasta hace poco para sobrevivir limpiaba vidrios en las calles, logró transformar su vida a través del programa de asistencia social del Gobierno “Supérate” que le ha ofrecido un empleo que le brinda una nueva esperanza.
Wendy, una mujer de 39 años, se vio envuelta en una serie de circunstancias desafortunadas que la llevaron a trabajar en las calles de Santo Domingo.
Cuenta que dejó su natal Salcedo, provincia Hermanas Mirabal, y tomó las calles a los 13 años en la que trabajó como limpiavidrios y buhonera.
Asegura que es difícil de ganarse el sustento de esa forma, ya que fue víctima de muchos maltratos y humillaciones.

Un rayo de esperanza
A pesar de los aprietos que enfrentaba, Wendy nunca perdió la fe. Su historia llegó a Gloria Reyes, directora de Supérate, gracias a la plataforma de Jompéame, donde a través de un vídeo solicitó ayuda para conseguir un trabajo formal y así poder lograr sus sueños. “Duré un año buscando una fuente de empleo estable, pero nunca me llegaba la oportunidad”, recuerda.
Esta madre soltera que cursa el séptimo semestre de terapia física en la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD), fue contratada recientemente en el programa social como técnica en el departamento de Salud Ocupacional.
“Cuando me llamaron del programa Supérate, estaba justamente en la calle y me quedé en ´shock´. Me dio mucha emoción recibir esa llamada porque ya no iba a tener que estar expuesta a los peligros de trabajar en la intemperie.
Agrega que el equipo de Supérate le dio una cálida bienvenida haciéndola sentir parte de una gran familia. “Estoy muy feliz, porque es un cambio para mi vida, la cual está tomando otro rumbo”, dice emocionada.
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