El presidente Luis Abinader expresó su indignación por la muerte a tiros por parte de agentes de la Policía de una joven pareja de esposos cristianos en Villa Altagracia y garantizó que todo su gobierno se empeñará por hacer justicia en el caso.
Tras expresar que no hay palabras para describir lo ocurrido con los esposos Joel Díaz y Elizabeth Muñoz esta madrugada y que en su gestión no va a tolerar que nadie esté por encima de la ley ni de que tampoco se use al antojo de nadie.
El mandatario dió una alocución desde el Palacio Nacional, acompañado de los ministros de Interior y Policía, Jesús Vásquez Martínez; el Administrativo, José Ignacio Paliza; del consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Antoliano Peralta y de la vocera de la Presidencia, Milagros Germán.
Dijo que en este país no cabe ya la impunidad, en referencia directa al caso del asesinato de una pareja de esposos en Villa Altagracia, cuando regresaban de un culto cristiano evangélico.
“He dado instrucciones inmediatas al ministro de Interior para la cancelación inmediata a los agentes y que preste todo el apoyo a la familia de las víctimas”, dijo el presidente de la República, indignado, esta tarde.
El mandatario dijo que se ha comunicado con algunos de los familiares de la pareja para expresarles su pésame. “He querido hablar con ellos para trasladarles la determinación de todo el gobierno y todo el pueblo de hacer justicia”, dijo el presidente.
“No hay palabras pero tampoco hay derecho”, fue otra de las frases del primer mandatario. Abinader por igual dijo que tenía un compromiso irrenunciable con una reforma policial integral que detenga hechos como el de hoy.
Dijo que acontecimientos como el de hoy dañan la convivencia pacifica en vista de que Joel Díaz y Elizabeth Muñoz fueron muertos por una patrulla policial la noche del martes, cuando regresaban de un culto evangélico por la altura de Villa Altagracia.
“Les puedo asegurar que se hará justicia. En este gobierno la vida humana es sagrada”, dijo el mandatario dominicano. Abinader dijo que hoy era un día en que costaba describir con palabras “lo que uno siente”.
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