Un total 513.415 menores en Estados Unidos han sido diagnosticados con COVID-19 desde la pasada primavera, cuando la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, en inglés) y la Asociación de Hospitales Infantiles comenzaron a recopilar este tipo de casos.
En un comunicado conjunto, ambas organizaciones indicaron que entre el 20 de agosto y el 3 de septiembre han detectado 70.630 nuevos casos de coronavirus entre niños y adolescentes, lo que ha supuesto un incremento del 16 % de las infecciones de menores en las últimas dos semanas.
“Estos números son un recordatorio escalofriante de por qué debemos tomar este virus de manera seria”, dijo la presidenta de la AAP, Sara “Sally” Goza, en la nota.
“Mientras que todavía se desconoce mucho de la COVID-19, sabemos que la expansión entre los menores refleja lo que está pasando en comunidades más amplias”, advirtió la responsable, que destacó que se ha registrado “un número desproporcionado de casos entre menores negros e hispanos y en lugares con una gran pobreza”.
En ese sentido, instó a trabajar duro para acabar con las desigualdades sociales que llevan a este tipo de disparidades.
El texto explica que los 513.415 casos de menores suponen el 9,8 % de los contagios detectados en EE.UU., y que a lo largo del verano ha habido rebrotes en estados del sur, el oeste y medio oeste del país.
El vicepresidente del Comité para Enfermedades Infecciosas de la AAP, Sea O’Leary, indicó que “un rápido aumento de los casos positivos ocurrieron durante el verano, y conforme el clima se enfríe sabemos que la gente pasará más tiempo en casa”.
“El objetivo es conseguir que los niños vuelvan al colegio a clases presenciales, pero en muchas comunidades, esto no es posible ya que el virus se propaga sin control”, apuntó.
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