Los ataques contra refinerías saudíes del pasado fin de semana, que redujeron en un 5 % la producción mundial de petróleo, desencadenaron este lunes la mayor subida abrupta en el precio del crudo durante una sesión, desde la guerra del Golfo.
La cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, registró un salto de casi el 20 % al reabrir hoy el mercado -hasta 71,95 dólares-, una subida que no se veía en términos porcentuales desde la crisis que provocó en 1990 la invasión iraquí de Kuwait.
Durante la sesión se moderó ese avance y el Brent cerró en 69,02 dólares por barril, un incremento del 14,59 %, mientras que el petróleo intermedio de Texas (WTI), subió un 14,8 %, hasta 62,90 dólares.
En Estados Unidos, este ascenso del crudo de Texas se considera el mayor aumento en un día en más de una década.
Estados Unidos contribuyó a intentar de frenar la escalada del precio al autorizar la liberación de sus reservas de emergencia para garantizar el suministro, si bien puntualizó que todavía es prematuro conocer si será necesario recurrir a ellas.
Rusia descartó, por su parte, que la Organización de Países Productores de Petróleo y sus socios (el grupo conocido como OPEP+) preparen medidas de urgencia.
La ofensiva de los rebeldes hutíes del Yemen, alineados con Irán, ha retirado en un primer momento del mercado 5,7 millones de barriles diarios, cerca de la mitad del suministro saudí.
El nivel de bombeo de la petrolera estatal saudí Aramco, la mayor del mundo, podría tardar semanas en normalizarse, o incluso meses, según algunos expertos, lo que amenaza con mantener por ahora un sesgo al alza en el precio del crudo. No obstante, medios estadounidenses creen que se podría recuperar un tercio de la producción a partir del próximo lunes.
Los hutíes han advertido además de que pueden lanzar nuevas ofensivas en cualquier momento y han pedido a los extranjeros que se retiren de las plantas petroleras de Arabia Saudí.
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