Los jueces pronunciaron la sentencia en este caso, que también salpicó a la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y futura presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en ausencia del principal protagonista, Tapie, que a sus 76 años sufre una recaÃda de su doble cáncer de esófago y estómago.
El empresario y exministro habÃa sido acusado de estafa y malversación de fondos públicos.
La FiscalÃa consideraba que ese arbitraje, gracias al cual recibió una indemnización millonaria, estuvo plagado de irregularidades.
En el origen de todo está Adidas, que Tapie compró en 1990 gracias en parte a un préstamo del banco Crédit Lyonnais, entonces de titularidad pública.
Agobiado por las deudas, tres años después la marca deportiva quedó por 441 millones de euros en manos de un grupo de inversores entre los que estaba Crédit Lyonnais, que en 1994 la vendieron a su vez al empresario Robert-Louis Dreyfus por 701 millones.
Tapie consideró que el banco estatal le habÃa engañado y reclamó una indemnización.
En 2007, el Ministerio de Finanzas, con Lagarde al frente, decidió poner fin a un contencioso que se arrastraba desde hacÃa más de una década y encargó su resolución a un tribunal de arbitraje privado, en lugar de seguir la vÃa judicial.
Ese órgano arbitral falló en favor del empresario en julio de 2008 y condenó al Estado a indemnizarle con 403 millones de euros, aunque la justicia anuló posteriormente ese dictamen y sentenció a Tapie en febrero de 2015 a devolver el dinero, algo que está todavÃa pendiente.
Richard, a quien se le reprochaba haber obrado en favor del arbitraje como director de gabinete de Lagarde, se jugaba en este proceso su puesto al frente de Orange, además de su eventual ingreso en prisión.
Tras la lectura de la sentencia de este martes, dijo ante la prensa que sentÃa “un gran alivio” por ver que el tribunal reconoció tanto su inocencia como que “el arbitraje era legal” e incluso “legÃtimo”.
El responsable ejecutivo del operador de telecomunicaciones habÃa indicado que en caso de condena pondrÃa su cargo a disposición del Consejo de Administración.
Además, el actual ministro de EconomÃa, Bruno Le Maire, habÃa advertido de que alguien condenado no podrÃa seguir con las riendas de una empresa en la que el Estado es accionista.
Esta sentencia absolutoria llega después de que el Tribunal de Justicia de la República -una instancia especÃfica para personas aforadas- hubiera condenado a la directora del FMI en diciembre de 2016 por negligencia en la gestión de este asunto, aunque la dispensó de pena.
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