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Brasil escoge mañana su presidente entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad

SAO PAULO, Brasil.- Este domingo será el balotaje presidencial en Brasil entre el candidato ultraderechista del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro, y el aspirante del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad. 

En un ambiente electoral altamente polarizado, Bolsonaro llega a la segunda vuelta como claro favorito, tras haber obtenido 48% de las boletas en la primera ronda y con una intención de voto que, según el más reciente sondeo de Datafolha, se ubica en 57%.

Esa previsión echa por tierra los vaticinios hechos antes de la primera vuelta, que auguraban la pérdida de apoyo para el aspirante del PSL y un eventual triunfo de Haddad. 

Las mediciones más recientes de Ibope indican que el candidato del PT obtendría solo 43% de los votos en el balotaje. ¿Qué ha ocurrido en Brasil para que ese sea el escenario más probable?

 ¿Quién es quién? 

A la segunda vuelta solo han llegado Bolsonaro y Haddad, lo que ha sido interpretado como la prueba más evidente de la polarización en Brasil: por un lado el ultraderechista, con un discurso que se acoda en el fascismo, y por otro la izquierda, que ha sido severamente golpeada por los escándalos de corrupción, el encarcelamiento del ex presidente, Luiz Inácio Lula da Silva y el 'impeachment' contra la mandataria electa, Dilma Rousseff.

 Bolsonaro es un ex capitán del ejército, devenido en político, que siempre se mantuvo detrás de Lula en intención de voto hasta que el TSE le negó al PT la posibilidad de postularlo a la presidencia.

La salida del ex mandatario empujó al ultraderechista al primer lugar de las encuestas. Días después de que se descartara definitivamente la candidatura de Lula, un hombre atacó a Bolsonaro mientras este participaba en un mitin político.

 El presunto responsable de la agresión fue Adelio Obispo de Oliveira, quien habría confesado que agredió al político del Partido Social Liberal (PSL) con un cuchillo en la zona de su abdomen durante un acto de campaña en la ciudad de Juiz de Fora, estado de Minas Gerais. 

El candidato fue intervenido quirúrgicamente y superó el incidente sin complicaciones, pero algunos analistas estiman que ese hecho lo afianzó como favorito.

 El político de 63 años representa a Río de Janeiro como diputado federal desde 1991. Su ascenso como candidato ocurrió en un ambiente contaminado por las denuncias de corrupción que involucran a figuras de partidos tradicionales de su país, especialmente tras el escándalo de Lava Jato, por lo que su discurso de "mano dura" convoca a buena parte del electorado.

 En 2016, cuando votó a favor de la destitución de Rousseff, Bolsonaro dijo que lo hacía en nombre del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los torturadores más sanguinarios de la dictadura militar.

 La declaración la hizo frente a la expresidenta, quien fue víctima de torturas durante ese período. Al año siguiente, el candidato fue condenado a indemnizar a la parlamentaria del PT, María do Rosario Nunes, luego de que le dijera: "No la voy a violar porque ni eso merece". 

Ese mismo año también fue obligado a pagar una multa de 50.000 reales (15.900 dólares) por su "expresiones injuriosas, prejuiciosas y discriminatorias" contra la población negra en general, luego que se refiriera a ella en los siguientes términos: "no hacen nada, creo que no sirven ni para procrear".

Haddad, de la Izquierda

 En la izquierda está Fernando Haddad, quien hasta principios del mes de septiembre figuraba en la boleta del PT como candidato a la vicepresidencia.

 El revés político de Lula en los tribunales lo obligó a tomar la cabecera de la ficha, junto a Manuela D'Ávila como compañera de fórmula. Haddad es un abogado de 55 años, exalcalde de Sao Paulo durante el período 2013-2017.

 Es considerado un intelectual de clase media que, pese a su valoración positiva como burgomaestre y exministro, no fue reelecto el año pasado como alcalde. 

El fuerte rechazo al PT en Sao Paulo jugó en contra de su candidatura y favoreció al novato João Doria, un empresario que se vendía como un anti-Lula, escenario que podría repetirse a escala nacional por la fuerte polarización que hay con Bolsonaro de contraparte. Haddad se ha sumado a la campaña impulsada por el movimiento feminista en Brasil bajo el lema "Él no", que rechaza las posturas misóginas de Bolsonaro y su propuesta económica por considerarla excluyente.

 Este respaldo ha sido medular en su único mes de campaña, no solo porque las mujeres representan más de la mitad del electorado en Brasil sino porque han logrado una convocatoria masiva en las calles.

Campaña sucia

En la segunda fase de la campaña, a Haddad le ha resultado imposible remontar la ventaja que le lleva Bolsonaro. 

Incluso las encuestas más favorecedoras lo ubican seis puntos por debajo en intención de voto, como lo revela el sondeo realizado la semana pasada por CUT / Vox Populi.

 Uno de los puntos más controvertidos ha sido el uso de las redes sociales y las noticias falsas para consolidar la base electoral, como lo ha hecho el candidato del PSL. 

Según estudios, la mayor base de electores a favor de Bolsonaro se encuentra entre los 16 a 24 años (27%) y de 25 a 34 años (33%), lo que explica el éxito de su campaña en los medios digitales.

 Haddad, por su parte, no ha podido conquistar ese segmento con la misma velocidad. De hecho, voceros dentro de su comando de campaña del PT admiten el impacto negativo que ha tenido la 'campaña sucia' en contra de su candidato, que ha sido difundida masivamente a través de la mensajería instantánea de WhatsApp, con el presunto apoyo de empresarios simpatizantes de Bolsonaro.

 Por esa razón, el PT ha decidido emprender una acción legal contra Bolsonaro para denunciar el fraude de esa estrategia de difamación, revelada en un reportaje publicado por Folha. 

La movida ha sido tildada por los seguidores del ultraderechista como una medida "desesperada" ante una derrota en las urnas que parece cantada: se estima que unos 19 millones de votos lo separan a Haddad de la presidencia, y a pocas horas de la próxima elección, parece una brecha imposible de remontar. 

La sombra de Lula

El ausente indiscutible en la contienda electoral es Lula, quien se mantuvo favorito en los sondeos hasta que el TSE resolvió excluirlo del comicio por la Ley de Ficha Limpia.

Según esa norma, un persona con condena en segunda instancia no puede postularse a un cargo de elección pública, como es el caso del expresidente, encarcelado por delitos de corrupción y lavado de dinero.

 Hasta septiembre, el PT mantuvo a Lula como su candidato a la presidencia con Haddad como compañero de fórmula a vicepresidencia. 

Sin embargo, la negativa del tribunal de admitir la postulación del ex mandatario, a pesar del pedido del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, dejó a su delfín con poco tiempo para ponerse a tono con la campaña frente a un Bolsonaro que tenía casi un año en la calle.

(FUENTE: RT EN ESPAÑOL)


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