Santo Domingo.- El 29 de septiembre de cada año los dominicanos celebran el
Día de San Miguel Arcángel, quien según la tradición cristiana nos dice que San
Miguel Arcángel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres nombres
que aparecen en la Biblia.
Hoy miles de personas celebran de diferentes formas el día
del santo protector, que desde el Antiguo Testamento aparece como el gran
defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en
el Nuevo Testamento.
Según la historia pertenece a los espíritus pertenecientes
al octavo coro de los nueve que componen la jerarquía de los ángeles
directamente por Dios; estos coros son: serafines, querubines, tronos,
dominaciones, potestades, virtudes, principados, arcángeles y ángeles.
Se les llama santos arcángeles de forma oficial y así llevan
nombre varios templos en el mundo e inclusos sus oraciones, también se les
denomina arcángeles, de modo que pueden ser identificados de ambas maneras.
Los otros dos arcángeles son Gabriel y Rafael y la Iglesia
Católica da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama
“Príncipe de los espíritus celestiales”, “jefe o cabeza de la milicia
celestial”, además de ser abogado del pueblo elegido de Dios.
El patrono de la iglesia es representado como un ángel con
armadura de general romano, amenazando con una espada a un demonio o dragón,
pero también suele ser representado pesando las almas en la balanza, pues según
la tradición, él tomaría parte en el Juicio final.
La veneración a este santo surge del libro de Apocalipsis
12, 7-9 que reza así: “Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles
lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no
prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos.
Y fue arrojado el
Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del
mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él”, así como en otras
epístolas de la biblia.
Considerando que el Arcángel Miguel fue uno de los tres
ángeles que anunciaron el nacimiento de Isaac (junto con los arcángeles Gabriel
y Rafael) y protegió al pueblo de Israel durante su marcha por el desierto,
actualmente el judaísmo invoca a Miguel como amparador de sus sinagogas.
En la
liturgia del Yom Kipur el sermón concluye con las palabras: “Miguel, príncipe
de misericordia, orad por Israel”.
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