SANTIAGO DE Chile.-La caída más importante en el trabajo
infantil peligroso a nivel global se dio en América Latina y el Caribe, señaló
hoy Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) durante el Día Mundial contra el Trabajo
Infantil.
El último informe de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) sobre trabajo peligroso indica que entre 2012 y 2016, la región
registró una reducción de 2,4 puntos porcentuales en su proporción de niños y
niñas ocupados en trabajos peligrosos.
La caída en América Latina y el Caribe fue la mayor del
mundo, seguido de Asia y el Pacífico. El tercer declive más importante se
produjo en África subsahariana.
Pero América Latina y el Caribe no sólo redujo las formas
más peligrosas de trabajo infantil, sino el trabajo infantil como un todo.
Según las últimas cifras de la OIT, el porcentaje de niños y
niñas entre los 5 y los 17 años que trabaja se redujo de 8.8 % en 2012 a 7.3%
en 2016, una caída de 1.5 %.
El porcentaje de trabajo infantil en la región en 2016 era
similar al de Asia y Pacífico (7.4%) pero muy inferior al de África
Sub-sahariana (22.4%).
Esto significa que si en 2012 más de 12 500 niños y niñas
trabajaban en la región, para 2016 sólo lo hacían 10 461.
“La reducción del trabajo infantil y sobre todo de sus
formas más peligrosas es una gran noticia para todos. El trabajo infantil es
inaceptable desde todo punto de vista, y es muy positivo que en nuestra región
estemos avanzando para erradicarlo. Eso sí, podemos ir más rápido con un poco
más de esfuerzo de nuestros gobiernos y de las empresas del sector
agroalimentario”, dijo el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué.
Según la FAO, la mitad de los niños que trabaja en América
Latina y el Caribe lo hace en la agricultura. A nivel global esa cifra es aún
mayor: tres de cada cuatro niños y niñas que trabajan lo hace en la
agricultura. 108 millones se dedican a la agricultura, la ganadería, la
silvicultura o la acuicultura.
“Para lograr que ningún niño o niña tenga que trabajar, los
gobiernos deben desarrollar políticas específicas enfocadas en el trabajo
infantil agrícola. Pero, además, las empresas del sector deben hacer la parte
que les toca, que no es poca”, señaló Berdegué.
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