Por GUILLERMO CARAM
Economista y ex Gobernador del Banco Central
El gobierno está en la obligación de adoptar medidas para
mitigar los efectos que tienen los crecientes aumentos de los precios del
petróleo en los presupuestos familiares y en los costos de producción de
nuestras empresas que hace menos competitiva la economía dominicana.
Puede hacerlo por dos vías:
Congelando la indexación y los impuestos ad-valorem que se
le aplican a los combustibles, los cuales hacen aumentar en espiral, cuál bola
de nieve, su precios; y
Dejando de establecer márgenes de comercialización para las
empresas que participan en el negocio para que dichos márgenes sean
determinados por las propias empresas dentro de las reglas de la competencia
que debe caracterizar una economía de libre mercado como se supone que es la
dominicana.
El sistema de fijación de precios actualmente vigente
magnifica los efectos del incremento del precio del crudo por dos vías:
Por los impuestos que le aplica el gobierno en una forma
poco convincente, aparentemente guiado para satisfacer sus necesidades de
recursos, retozando con dos variables calculadas administrativamente, no
precisadas en las leyes, como son la indexación de los componentes tributarios
de la estructura de precios y el advalorem aplicado al precio de paridad de
importación. De esta manera, si el precio de los combustibles sube en el
exterior, los impuestos a pagar magnifican este aumento aún aplicándole el
mismo porcentaje de impuestos. Esto hace que hoy en día se está cobrando casi
un 40% de impuestos a la gasolina regular, 25% al gasoil y 10%en el caso del
GLP.
Por los márgenes fijos de comercialización y transporte
establecidos en las resoluciones de precios que constituyen, que absorben en
promedio, un 20% del precio final de los combustibles; márgenes fijos que no
estimulan la competencia de precios en beneficio de consumidores y brindan
cómodas ganancias a las empresas que participan en el negocio.
La situación precedentemente dibujada, perjudica a las
familias dominicanas que se ven afectadas por incrementos centrífugos de
precios, a las personas que tienen que salir a buscar trabajo teniendo que
pagar una suma que no tienen por concepto de transporte y a la competitividad
de nuestra economía que tiene que competir con otras economías menos gravadas
tributariamente y regidas por mayor competencia de precios.
En consecuencia creemos impostergable que el gobierno:
2-Deje de fijar márgenes de ganancia a empresas
intermediarias del negocio de combustibles las cuales, por el sistema vigente,
tienden a incrementarse en la medida que aumentan los precios del crudo. Esto
significa dejar los márgenes a la libre competencia que el gobierno debe
garantizar de acuerdo a nuestras disposiciones constitucionales.
Lo anterior conlleva que los precios de los combustibles
deberían ser fijados ex-fabrica y no a precios finales para los consumidores.
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