VATICANO, Roma.-“El enfermero tiene una relación directa y
continua con los pacientes, los cuida cada día, escucha sus necesidades y entra
en contacto con su mismo cuerpo del que se ocupa” y debe mostrar “ternura” y
“sensibilidad”. El Papa Francisco hizo estas afirmaciones al recibir en el
Vaticano a los miembros de la Federación de los Colegios de Enfermeros
Profesionales, Asistentes Sanitarios y Vigilantes de Infancia.
“La ternura es la llave para entender al enfermo y también
es una medicina preciosa para su curación. Y la ternura pasa del corazón a las
manos pasa a través de un ‘tocar’ las heridas de pleno respeto y de amor”,
afirmó.
La Federación cuenta con 450 mil inscritos y es la más
grande que existe en toda Italia, englobando a varias categorías profesionales
de la sanidad.
Lo primero que hizo Francisco fue reconocer su labor y dar
las gracias por el bien que hacen a la sociedad. “De verdad que es
insustituible el rol de los enfermeros en la asistencia al enfermo”, subrayó en
su discurso. “El enfermero tiene una relación directa y continua con los
pacientes, los cuida cada día, escucha sus necesidades y entra en contacto con
su mismo cuerpo del que se ocupa”.
El Obispo de Roma también afirmó que su profesionalidad “no
se manifiesta solo en el ámbito técnico, sino incluso más en la esfera de las
relaciones humanas” porque “estando en contacto con los médicos y con los
familiares, además de los enfermos, os convertís en hospitales, en lugares de
cuidado y en casas donde las relaciones son una encrucijada”
“Cuidando a las mujeres y los hombres, niños y ancianos, en
cada fase de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, estáis comprometidos
a una continua escucha, para comprender cuáles son las exigencias de ese
enfermo, en la fase que está atravesando”. Todo esto lo convierte “en una
verdadera misión”, añadió.
Por otro lado, deseó que la “sensibilidad que obtenéis cada
día al estar en contacto con los pacientes haga de vosotros promotores de la
vida y de la dignidad de las personas”.
“Sed capaces de reconocer los justos límites de la técnica,
que no puede convertirse nunca en un absoluto, y poner en segundo plano la
dignidad humana. Estad también atentos al deseo, tantas veces no expresado, de
espiritualidad y de asistencia religiosa, que representa para muchos pacientes
un elemento esencial de sentido y de serenidad de la vida, todavía más urgente
en la fragilidad debida a la enfermedad”.
El Papa recordó que Jesús siempre estuvo al lado de los
enfermos y cómo llevó el amor a su máxima expresión. También les pidió a ellos
hacerse cargo de los pacientes “no de manera indiferente, sino atenta y
amorosa, que los haga sentirse respetados”.
Consciente también de las dificultades que deben vencer,
Francisco los exhortó a no cansarse “jamás de estar cerca de las personas con
este estilo humano y fraterno, encontrando siempre la motivación y el deseo de
desenvolver vuestra tarea”.
“Estad también atentos a no gastaros hasta consumiros, como
sucede si uno se ha involucrado en la relación con los pacientes hasta el punto
de hacerse absorber, viviendo en primera persona todo lo que les pasa a ellos”.
Francisco también criticó la “carencia de personal que no
puede mejorar los servicios ofrecidos, y que una administración sabia no puede
tenerlo de alguna manera como una fuente de ahorro”.
Por último, animó a su vez a los pacientes a sentir respeto
por los enfermeros: “que ninguno de por descontado cuanto los enfermeros hacen
por él o por ella”.
(Fuente: ACIPRENSA)
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