POR PABLO LUIS SANTANA
Especial para alacechord.com
Me cuestiona un compañero de la liga de basket, que cuál es mi opinión sobre el proyecto de ley
que busca la prohibición del uso de hookah, pipa de agua o "jucas",
como se les conoce popularmente, en lugares públicos y centros de diversión, y
le respondí "quisiera decirte tantas cosas al respecto, que mejor no diré
nada".
Y es que nuestro país es tan "especial", que
compramos el candado después que nos roban; vacunamos el perro con rabia,
después que ha mordido como unas 10 veces y la mujer que pone la querella por
violencia doméstica, es la misma que debe estar vigilante al paradero del
agresor para su posterior apresamiento o de lo contrario, el Ministerio Público
no hace nada.
Le pregunté entonces a mi amigo. ¿No están también
prohibidas en el país la marihuana, la cocaína, la heroína, el crack, entre
otras sustancias narcóticas?
¿Se ha reducido el consumo y venta de sustancias prohibidas
en el territorio nacional, pese a las leyes existentes que regulan las mismas?
Lo mismo pienso acerca de las famosas hookah,
"jucas" o como usted le quiera llamar a esa basura que tantos daños
ocasiona a la salud.
En la mayoría de los barrios y sectores populares de esta
capital y la provincia Santo Domingo, existen centros en los que se
comercializan exclusivamente estos artefactos y las autoridades competentes
saben a la perfección, dónde están y cuáles son. ¿Qué se ha hecho?
El ser humano es amante de lo prohibido y sin temor a
equivocarme, con la aprobación en el Congreso Nacional de esta pieza
legislativa, no creo que se logre disminuir el uso de la misma, ya que una gran
cantidad de jóvenes tienen hookah en sus viviendas, sin que los padres sean
capaces de pronunciarse al respecto.
Hace varios años que entidades médicas y medios de
comunicación, vienen denunciando los graves daños que ocasiona el uso de esa
basura y hoy, cuando es más que una moda en toda la República Dominicana el
"fumar hookah", se pretende regular la misma, tal y como actúa la
Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, cuando prohíbe un tema
cuyo contenido atenta contra la buena moral, después que hasta un niño de dos
años lo tararea.
Ojalá que verdaderamente se logre controlar el uso de la
hookah y no se convierta en lo adelante, en un negocio que mueva tanto dinero
como las drogas.
(El autor es periodista con experiencia en temas policíacos-militares)
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